Mi experiencia personal en la ruta de Barcelona
Una de las partes más importantes de ser taxista es la cercanía y comunicación que debemos tener con nuestros pasajeros. Mientras están en nuestro taxi utilizando nuestro servicio, nos gusta preocuparnos por ellos para que el trayecto sea lo más agradable posible para cada uno de nuestros clientes.




Justamente, hoy me ocurrió algo que me encantaría compartir: llevé a una familia que venía desde Libia a visitar Barcelona por primera vez. Se podía ver que estaban muy contentos con el viaje, sobre todo los tres hijos que iban con la pareja.
Como nos puede ocurrir a todos cuando visitamos otro país, a pesar de lo que planifiquemos y nos preocupemos por hacer las cosas bien, se habían equivocado de hotel y reservado en uno que estaba más lejos de lo que ellos habían pensado.
Enseguida se pudo ver preocupación en la cara tanto del padre como de la madre, ya que no estaba en sus planes alejarse tanto de la ciudad y necesitaban un nuevo lugar donde hospedarse, pero no sabían por dónde comenzar. Los que conocéis Barcelona ya sabéis que se trata de una ciudad muy grande, con muchísima gente y muchas opciones. Cuando te ofrecen tantas posibilidades es fácil bloquearse y no saber cuál es la mejor.
Los niños, ajenos a todo el problema que se había generado en un momento, continuaban felices mirando por la ventanilla del taxi los grandes edificios y calles abarrotadas de coches.
No podía dejar a la familia sola en Barcelona y cambiar mi cartel a «Libre» sin más, sabiendo que no sabían por dónde comenzar su búsqueda de un nuevo alojamiento, así que una vez estacionado el taxi, cogí mi móvil y abrí el traductor.
Me puse a escribir en español lo que quería decirles y el traductor se lo traducía para que me pudieran entender. Lo primero que les quise transmitir era calma y que les iba a ayudar en todo lo posible hasta encontrar un nuevo alojamiento.
Sinceramente, no sé si el traductor lo traducía todo bien, pero quiero confiar en que sí, ya que la familia parecía entenderme correctamente.
Me puse a navegar por los diferentes portales de alojamiento que conocía y enseguida encontré algunas opciones que a la pareja les encajaban, cosa que me animó a llamar directamente y hablar en español para facilitar y eliminar barreras que pudieran originar ambos idiomas.
Me puse a navegar por los diferentes portales de alojamiento que conocía y enseguida encontré algunas opciones
Me sentía feliz de ayudar a la familia, y rápidamente nos dirigimos a la nueva dirección que nos habían proporcionado para recoger las llaves. Había bastante tráfico, como suele ser habitual por Barcelona, pero eso no me preocupaba. Sabía que en breve llegaríamos a nuestro destino y la familia proveniente de Libia podría comenzar sus vacaciones en Barcelona y disfrutar sin preocupaciones.
Una vez llegamos a nuestro destino, les acompañé a recoger las llaves. El pago ya se había efectuado, así que por esa parte no había ningún problema. La familia entró a ver el apartamento y salió muy agradecida por la ayuda que les había ofrecido.
Antes de continuar con el viaje, ya que eran nuevos en la ciudad, les recomendé algunos lugares interesantes para visitar con sus hijos y algunos restaurantes que, bajo mi punto de vista, seguramente les gustarían.
Como decía al inicio, es muy importante tener cercanía con nuestros pasajeros. En muchas ocasiones, se trata de personas que no conocen nuestro país y necesitan un poco de ayuda, recomendaciones y empatía para poder continuar con un viaje satisfactorio y un recuerdo agradable de la hospitalidad recibida.
Definitivamente, el traductor fue la clave. ¡Les deseo una feliz estancia!