Teià – El Masnou – Cabrils

También estamos cerca de otras zonas del Baix Maresme como pueden ser Teia, El Masnou, Alella y Cabrils. ¡Te enviaremos a un compañero de la zona!

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Tenemos tu taxi

Para cada momento en la vida de nuestros clientes, disponemos del taxi perfecto para la ocasión

+100

Recogidas en Baix Maresme

99%

Clientes contentos
1

Mercedes Benz Vito Tourer

Taxi premium de hasta ocho plazas para que puedan viajar grupos grandes, dispone de un maletero grande y un color negro elegante que se adapta a cualquier situación y evento. 

 

2

Toyota Corolla

Taxi muy confortable de color blanco, con asientos muy cómodos y un maletero tamaño familiar, perfecto para realizar viajes de larga distancia. 

 

3

Tesla model Y

Taxi premium de color blanco con asientos de tela confortables, perfecto para cualquier evento o viaje que necesites realizar.

Mi experiencia personal en la ruta de Parc Güell

Era una mañana ajetreada de junio. Llevaba ya varios clientes despachados y, tras dejar al último pasajero en su destino, giro el taxi para incorporarme de nuevo al tráfico y recibo una nueva llamada. Esta vez se trataba de un autobús que se había quedado averiado y, por lo visto, el autobús de sustitución iba a tardar mucho tiempo en llegar.

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http://Rambla%20de%20Barcelona
http://Barceloneta
http://Parque%20de%20la%20Ciutadella

Cuando llego al lugar, me encuentro con dos taxis más delante de mí que estaban recogiendo a los adolescentes que salían del autobús para poder llevarlos al Parc Güell. Pensé que sería una historia interesante de contar, ya que no todos los días se va de excursión con tu clase en varios taxis.

La policía estaba poniendo orden al tráfico para que los taxis no tuvieran ningún impedimento al incorporarse, y el conductor del autobús estaba en un lateral hablando por el teléfono móvil. Se le veía bastante enfadado con la situación; seguramente no estaría escuchando lo que esperaba.

Por fin fue mi turno y ocho jóvenes se sentaron en mi Mercedes Benz Vito. Se reían, les hacía mucha gracia lo que había ocurrido y apenas me prestaron atención durante el trayecto. Fueron hablando de sus cosas y, sobre todo, riéndose. Al llegar al Parc Güell, se volvió a presentar la misma escena que habíamos visto antes: varios taxis dejando a los jóvenes lo más cerca posible para que no corrieran ningún riesgo.

Hago muchos trayectos a Isla Fantasía, donde suelo llevar familias y también grupos de jóvenes, así que estoy muy acostumbrado a las conversaciones altas y risas en el taxi. Es agradable ver a la gente tan feliz, así que procuro no interrumpir y realizar mi trabajo, que es llevarlos lo más rápido y seguros al destino.

Al llegar mi turno, se bajaron despidiéndose y rápidamente se reunieron felices con el resto de compañeros y compañeras que ya estaban allí, y con los profesores haciendo recuento para asegurarse de que los veinte alumnos habían llegado.

Estuve un momento allí parado observando la escena, hasta que mi teléfono volvió a sonar para recordarme que tenía que volver al trabajo. Una mujer que había sufrido un ictus necesitaba enseguida que la llevase al hospital. Me llamaba su marido, que es cliente nuestro desde hace mucho tiempo; nos tenemos un gran aprecio. Le sugerí llamar a una ambulancia, pero me insistía en que fuese rápido y no le discutiera.

Ante esa situación, puse el vehículo en marcha y me comuniqué con mis compañeros para saber si alguno de ellos se encontraba más cerca de lo que estaba yo de esta señora, pero todos estaban bastante alejados de la zona e incluso tenía a uno con el vehículo reservado haciendo una ruta turística. Así que, ante dicha situación, tuve que centrarme y pensar cómo llegar lo más rápido posible.

Me comuniqué con mis compañeros para saber si alguno de ellos se encontraba más cerca de lo que estaba yo

Al llegar, obviamente no había nadie esperando en la calle. Supuse que estarían en casa todavía, así que cogí mi teléfono y devolví la llamada para avisar que ya estaba abajo esperando. El señor Josep, que conozco, como ya dije, desde hace muchos años, me pidió subir para ayudarle a bajar a su esposa, que estaba en silla de ruedas. Así que me dirigí al portal, me abrieron rápidamente, pulsé el botón del ascensor para que se dirigiera al cuarto piso y llamé varias veces al timbre de la puerta hasta que el señor Josep me abrió. Pude ver en su cara muchísima preocupación, como es lógico.

Entré en el domicilio con el previo permiso y me dirigí al salón. Allí estaba el señor Josep dando vueltas buscando tanto su cartera como el bolso de su esposa. Justo al lado del sofá estaba la señora Carme, seria, sin decir absolutamente nada, aunque respiraba con normalidad y eso me tranquilizaba. Al dirigirme hacia la puerta con la señora Carme, me di cuenta de que en un pequeño mueble estaban las llaves, la cartera y el bolso.

—¡Están aquí, Josep! —Vino a paso ligero a cogerlo todo y se lo metió rápidamente en los bolsillos de su pantalón; el bolso colgaba de uno de sus hombros.

Suben en el ascensor y yo voy corriendo escaleras abajo. No tengo grandes conocimientos médicos, pero soy muy consciente de que ante un ictus cada segundo cuenta. Así que les ayudo a salir del portal y nos dirigimos hacia el taxi, que estaba estacionado cerca. Ayudamos a entrar a la señora Carme en el coche, pliego la silla y la pongo en el maletero. El señor Josep iba preocupado viendo a su esposa sin saber qué hacer. Le cogía de la mano y le repetía varias veces que todo iría bien. Era la primera vez que algo así le ocurría. El hospital no se encontraba muy alejado del domicilio.

Llegamos y salgo rápido para avisar de lo que está ocurriendo. Varios celadores salen para ayudar a la señora Carme a sentarse en una silla de ruedas. El señor Josep sale detrás a paso ligero.

Me quedé sentado en el taxi. Recibí una llamada de un compañero para preguntarme si había llegado ya al hospital. Le expliqué el día tan loco que llevaba, puse el coche en marcha y continué con los servicios que quedaban del día, por supuesto, mucho más tranquilos.

Unos días después, llamé a Josep. Se alegró de oír mi voz. No hizo falta ni preguntarle, enseguida me explicó que su mujer se encontraba mucho mejor, aunque el susto del cuerpo aún no fue capaz de quitárselo.

Es una experiencia que me hace sentir feliz, ya que pasaron muchas cosas en el mismo día y todas se pudieron solucionar de manera satisfactoria, y eso es lo que cuenta después de todo. Nos encanta poder llevar en nuestros taxis a las personas a sus destinos.

Reserva tu taxi

¿Quieres reservar un taxi con antelación para un viaje con origen o destino a El Masnou? Anticípate y cierra el precio desde origen a destino.


Preguntas para la ruta

¿En el taxi puedo fumar?

A todos nuestros taxistas les gusta respetar las leyes vigentes, y por ello, en ninguno de nuestros taxis está permitido fumar. 

Rogamos a nuestros pasajeros que antes de subirse al vehículo, finalicen de fumar y en el caso de tratarse de viajes de larga distancia, realizaremos las paradas que el cliente necesite y que de ese modo pueda fumar antes de continuar con el trayecto. 

 

¿Cómo puedo ir en taxi desde Vilassar a la Sagrada Familia de Barcelona?

¡Muy sencillo! Si necesitas acudir a la Sagrada Familia o a sus cercanías, bien sea por turismo o por trabajo, nosotros te llevamos en un momento en uno de nuestros taxis. 

Lo único que has de hacer, es llamarnos para que podamos ir a recogerte donde nos digas. En caso de tratarse de turismo y quieras el taxi para otro día, en la misma llamada haremos una reserva de la fecha para poder recogerte a la hora que mejor se ajuste a ti. 

¡Es muy fácil, llámanos y te recogemos!

¿Cómo puedo saber si el taxi está libre?

Los taxis en el momento de estar sin pasajeros en el vehículo y sin ninguna ruta nueva pendiente, cambiarán su cartel a «Libre» y encenderán su luz del techo. Ambas cosas indican que puedes parar el coche para poder utilizar su servicio.

¿El taxi se puede pagar de manera individual o colectivo?

En estos casos, lo que recomendamos hacer es avisar al conductor al inicio del servicio de que a pesar de ser varias personas utilizando el taxi, el pago se va a realizar de manera individual. 

El taxímetro, como siempre, permanecerá encendido indicando el precio del trayecto. Una vez se llegue al destino, se dividirá el precio por las personas que han utilizado el servicio, las cuales tendrán que pagar su parte correspondiente al conductor.